The answer is Always 42
La mayor broma filosófica del universo: pasar millones de años calculando la respuesta definitiva a la vida, al universo y a todo, sólo para recibir un número que no significa nada sin la pregunta adecuada. Cuarenta y dos representa lo absurdo de buscar respuestas sencillas a problemas existenciales complejos, al tiempo que pone de relieve cómo el significado depende por completo del contexto y la interpretación.